ENCUENTRO


Punto de encuentro.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Antologia Poética

CARNAVAL

Vocerío, exaltación.

Exuberancia bajo el cielo inclemente

voluptuosidad

Suspiro alado

Mariposa de fuego es el deseo


PASOS

Alguien viene. Son los pasos de la sombra,

O alguna presencia abandonada

En  el murmullo de los vientos.

SEGURO

Aprisionada en sus convicciones,

la madre bendice a los hijos

desde el  lejano campanario

del tiempo sin saber

que no existe la lejanía ni el tiempo


ESTULTICIA

Me percaté de ti 

cuando te ibas por los senderos

Del olvido.

CASI

El ocaso es el final de un día

El viaje sin regreso de la vida.

El ocaso insiste en llamarse luz.

FUE AYER

Se pasa inadvertido de la multitud

Pero no de la conciencia.

La lobreguez de un día

Es el ludibrio de las horas.

AHORA

Cuento mi vida

Para que nadie sepa

El hondo pasar de mis secretos.

VITALIDAD

En medio de tanto heroísmo,

Una lágrima intacta

Borró el último vestigio

De la guerra

  PERSPECTIVA

El tiempo es el adivino

De los acontecimientos

De vez en cuando suelta genios

Para dividir las edades

Y borrar civilizaciones.

FIESTA

La insuperable faena del destino

Atiende el último vestigio humano

Acusado de vivir

En la divina embriaguez

De los contrastes.

ESTADO DE SITIO

Cuento con su desaprobación señor presidente.

ante tanta rebelión hay que cambiar

el curso del río y el canto de los prisioneros

todos bajan por la misma pendiente.

 otras ciudades, recogen los muertos.

Cuento con su aprobación señor presidente.

EL SECRETO DE LAS COSAS

La  luz es el indicio

de los seres y las cosas

pocos se percatan de los murmullos

escondidos en los intervalos

de los estallidos de la luz.

CUADERNO

La niña recoge el cuaderno

se pone la capa, se quita el sombrero

le hace una venia al  lobo feroz

y parte veloz, en busca del cuento

que halló en el jardín,

bailando los juegos del mago Merlín.

CANTANTE

Abandonado de la guitarra y de la gente,

prefirió la detestable senda

 de sus derrotas

y se abatió en la página en blanco

de un triunfo perdido

REGRESO

El viajero  extraviado

en  horizontes de piedra

añoraba el regreso

en el alma de los besos.

SILENCIOSO DESPERTAR
                                     Nadie regresa ileso de un recuerdo.
El olvido es

el único impostor

pero esa niña de intensos collares

estruja entre sus manos

el retrato de su amante

el último secreto inconfesable

que la llevó a la tumba.

AUSTERIDAD

La impiedad de los años

es la mortaja de los sueños

cuando asoma en el horizonte

esa  luz imperceptible

que llamamos serenidad

UN CANTO APENAS

La soledad se detiene en esta estancia

donde pasan las horas

imaginando seres humanos

un canto apenas

en la lejanía de los astros

 VALIENTE PRISIONERO

Entró con gran sigilo, casi sin ser visto,

Los jugadores lo miraron de reojo,

De pronto un gran silencio se posó

en el salón rebosante de licor y carcajadas

la rubia esquivó la mirada.

El hombre acarició el revolver

Un horizonte de piedras atravesó el semblante

Del  prisionero

Y en la estancia   de olor a tabaco

Y humores de fieras salidas de circo,

Con fuerza mortal les previno,

La fuerza de diez hombres venidos a mano,

Trazaron la línea infernal del demonio

Con gran destreza, aprieta el gatillo

Y un muro de hombres se desploma al abismo,

El hombre desciende al lóbrego desierto de sus días

Y se pierde en el mustio vestigio,

De un sueño parecido al silencio,

En parajes enhiestos.

La rubia se terció las cananas

Y se alejó del valiente guerrero

Que yacía muerto.

Alguien cantaba una triste tonada.

Al salir se perdió en la furia del viento.


MANIATADO

La selva entiende la tristeza de un hombre

sin gritos, sin voluntad sin fuerzas

casi olvida el presagio de las manos inmóviles

rendidas a la perversa esclavitud.

El secuestro define la miseria humana

en  el último escalón de la evolución.


MINIATURA

La madre sonríe, se pierde en sus sueños

El cielo la escucha, enciende sus velos,

Y en dulces plegarias salidas del alma

Suplica en instantes de valiente calma

Adivina el secreto de sus bellos encantos

Adivina por qué Dios la quiere tanto,

alegre y sincera va y vine  con gran donosura

llenando la estancia con su dulce ternura.

El cielo la ve, diminuta y perfecta

Sin otro atavío que su augusta sonrisa

Donde duermen banderas de fuego

Y cálices bellos que el sol eterniza

En el fuego divino de sus ojos negros.


ORGULLO

Le encantan los vicios, las poses altivas

 las vidas ajenas se vuelven suplicio,

camisa impecable, cinismo y barbarie

lo sigue el peligro, las bellas  mujeres,

detesta el honor,

le brillan los ojos de turbios encantos,

se pierde en la noche, en el humo siniestro

de los acontecimientos.

Despierta los celos del ampa en secreto

Duerme su pesadilla de muertos

Rastrojos de ira, menudos fracasos

A nadie cautiva, lo impiden sus actos

Y en una cornisa donde duermen sus santos,

Despierta el demonio que azota los barrios.

El asesino, se pone los guantes, presencia de diablo,

Estrena sonrisa, colonia y chaleco

Y va a la oficina a inscribirse como el gran candidato

Que el pueblo reclama, que el pueblo asustado

Elije en silencio, para que rija el destino

Los próximos cuatro años.

Así es la conciencia, así son las cosas

De los politicastros.


VANIDAD.

¿De qué sirve la austeridad, el honor, la paciencia,

Si estamos perdidos en el horror la inclemencia?

La humildad es la sacristía de los suplicios,

La vanidad de una triste virtud, el emblema del vicio

Pensar nos hace proclives, instigadores de oficio

De alguna verdad, inconcebible y perversa

Nos hace seguros de la  línea recta,

Nos vuelve perfectos, nos hace dueños

De otras conductas, de otros acertos.

Nos hace sumisos, pequeños insectos.

Imaginar, en el piélago azul de los sueños

Nos devuelve el vino de los dioses

Y el divino encanto de las cosas sencillas

El tono exacto, la melodía perfecta

Para afinar los actos con las cosas divinas,

Las mismas que diario detestan con mucha insistencia

Los de raro abolengo, los necios de alcurnia

Porque al fin de cuentas no saben

Que en un lugar del alma se esconde el secreto.

Imaginar es ante todo, la insistente porfía,

De una lluvia de acentos en noches inciertas

Cuando las almas de los transeúntes

Abandonan los carruajes del sueño.


SONATA

Un grito  irrumpe en la partitura de la noche

Los árboles se quiebran y desaparecen

bajo un manto de sombras,

como si quisieran esquivar o danzar

al ritmo de una cascada de violines;

ignoran los árboles,

que  el horizonte perpetúa la sombra del asesino.

La noche avanza en el trigal remoto del misterio

Soñando un fuego ausente de   lamentos

por donde pasan  fantasmas en caballos de plata.


ESTUDIANTE

Farid viene del país de los Igor,

agotado de lecturas y sabios pergaminos.

 Conoció Lacio y Petronia

Fue por mares embravecidos de Tracia

 Poseído por el canto inagotable de las cosas,

Desembarcó en Turquía, compró baratijas

Y se marchó al mar de Tiberiades

Donde los beduinos poseen extrañas costumbres.

Una tarde, se tendió bajo las palmeras

Dispuesto a morir al no hallarle explicación a la vida

¡Insensato! ¡Como si la vida tuviera explicación!

La vanidad de la muerte es el privilegio de los necios,

Y en brocales de lirios, y azules miradas,

Fue llevado al palacio de un sultán

-Llévenlo- dijo- padece el mal de los libros

No sabe, no entiende, que en estos lugares

El delirio es una pena, el pensamiento un cadalso.

-Llévenlo, déjenlo en las playas de los Lestrigones,

Hallará su camino, será un largo viaje

Y cuando a la patria llegue, olvidará las joyas

Y las cúpulas.

El  viento del desierto borrará su memoria.

Esta mañana, pasó por el puente, y con ojos ausentes

Leyó su postrer lección, anduvo indeciso,

Sin rumbo preciso,

Como si en el vago fondo de un  azul oleaje

Se meciera un recuerdo, se agitara un tormento.

Ia  estancia se pobló de voces,

Y todos entraron a la primera clase,

Solo él, altivo, escéptico musitó en silencio,

¿Qué puede la vida, qué pueden los libros,

Si de ambos soy su prisionero?


LOS CERROS.

Un tropel de caballos atraviesa los cielos,

Deben ser las nubes andariegas

Que distraídas tejen y destejen

un mantel de porcelana.

Hay ecos perdidos en las fauces de los cerros

o tal vez son los astros vagabundos

que dejaron su rastro solitario la última noche.

Desde aquí se precisa el rostro de los siglos,

En atávicas formas, perdidas en la sombra.

un dios paciente cinceló estas alturas

por donde pasan quejumbres  y herrumbrosas plegarias

el sol  redobla  esplendentes ropajes

sobre los montes y los riscos,

donde duermen las águilas su sueño  de infinito

y despiertan las aves  mortales desafíos.

Por aquí pasa el viento en descomunales arreos

Y edifica el trueno catedrales de miedo.

La  eternidad abraza  los cerros,

Bajo una lluvia persistente de misterios.

Abajo el río llora lágrimas de silencio

Y mariposas de fuego en un valladar de garzas y jilgueros

Los cerros contienen los cantos  guerreros

Y lloran  abismos de la gloria

En colosales epopeyas

De cóndores, y reyes relucientes

De ardientes espadas y soles macilentos.

Los cerros desfiguran  alturas

Gobiernan  abismos



RELOJ


A pie, por el puente de piedra,

Se va a Estrofore, pueblo de estatuas y bronces

perdido en las nieblas del tiempo

las gentes predicen  desgracias

en los labios de Eleonere

cada beso suyo  deletrea una tragedia

en el alma de su amante.

Flavio, el oscuro caminante de voz adorable

y finos modales se detiene un instante,

a ver  los sueños despedazarse

en la furia del rio.

Hay mucha gente en el puente de piedra,

la policía rescata un cuerpo.

Flavio no pudo soportar

el hastío de los días,

Eleonere palidece bajo el pincel

del renegado pintor de Estrofore.



ORACION

Hoy una luz

se  posa en sus labios,

con un ramillete de plegarias.

La luz se pasea
por  los trigales del alma.

                                                    Dios medita y sonríe

Ante la debilidad humana.


IRA

El rostro tenso. De fría mirada.

Sacrílego, hirsuto,

Resuelto a jugarse la vida

En el filo de una espada,

Con grito estridente,

Desafía la falsa moneda del heroísmo.

Cuando todo termina,

Se  pierde en los aires,

En extrañas cenizas de odio y vergüenza.

Su recuerdo es el murmullo

De una antigua quejumbre,

Perdida en los viejos caminos

De la incomprensión humana.



UN PASO APENAS


¿Qué es una vida en la brevedad de un rayo de luz?

La ventana se abre de cara al  infinito

Donde tal vez alguien regrese

A contar los  pasos

Y se pierda

En el

Olvido.



ON T.V.


Sacrílego encanto. Oleaje de cantos tardíos.

Oscuros lamentos, la lucha porfía

Salir del combate, volver a la anhelada quietud.

Ya es tarde. Por los desfiladeros bajan en gran tropel,

Buscan afanosos, refugio, tal vez un escondrijo

Una trinchera, una pared indecisa en las afueras.

Y en medio del sueño una ráfaga chispea adentro del silencio.

-¡Bandidos. Otra vez se tomaron el pueblo!

Cae la noche con un sopor de piedras, con estertor de truenos

Y de adentro de la tierra un rugir de tinieblas,

Un estremecimiento de banderas rotas

Y claudicaciones de sangres.

Miradas inciertas atraviesan las sombras,

Heridas por los fogonazos. No hay tregua posible.

El pueblo es un invento de invencibles catástrofes.

Por las calles, donde el amo es el desastre,

Un olor a pólvora y miedo serpentea cobarde.

Las gentes maldicen. Se escuchan lamentos

Retazos de quejas, astillas de gritos.

Por los callejones donde ayer moría el sol, desprevenido, inocente,

Se desliza el ajetreo de los guerreros envueltos en niebla y silencio.

No hay tregua posible.

Por los desfiladeros desciende la lluvia y por el cielo vestido de negro,

El  ruido estruendoso de los helicópteros.

¿A quién persiguen?

Las últimas sombras adivinan las voces de los comandantes

Gritando atrocidades.

Pueblo empedrado de miedos, ahora será objeto

De largos interrogatorios. Intimidan las armas.

-No se preocupe señora, mañana se irán, vivirán su desgracia

Se harán grandes anuncios y bellas imágenes adornarán el discurso

Condenando el atentado de los terroristas,

Mientras el ministro sonríe y pide  calma.

Entre tanto, los comensales del banquete bancario

Se disponen a anunciar sus ganancias,

Que entre tantas audacias,

Cuentan con la injusticia, y la complicidad de las armas

Para defender la eminencia del estado

Y las ganancias financieras.

-Parte, señor presidente, hemos derrotado a esos facinerosos

El pueblo está en paz.



¿CUANDO?


Nos viene de lejos el suave aroma de mutiladas rosas,

De tronchadas aguas, y desdichas certeras.

Nos viene el desierto en el alma, las raras consignas

De una patria lejana.

Nos viene la angustia de sabernos inmersos

en un asunto que no le importa a nadie,

pero que de tanto insistir en esa perplejidades,

nos volvieron intrusos en nuestras propias viviendas,

¿Cuándo volverá la calma, si  tenemos el alma rota

Y la conciencia en zozobrante intriga?

No  bien despierta el bullicio de los pájaros,

Se vuelve esto asunto del estado, correr de soldados,

Trajín de las armas, combates suicidas, carmin de las aguas

¿Cuándo volverá la calma, si todo es pesar, si nadie reclama

Si en esta lucha desigual  somos sospechosos del mismo delito,

De la misma acechanza contra la majestad de la patria?

¿Cuándo vendrá la clara mañana a enseñarnos su raro clarear,

Si estamos perdidos, si nadie reclama la paz que de algún modo

Nos fue arrebatada?

Un festejo de luceros predispone la tarde

A ese largo sollozo que antecede al olvido.



BILITIS.


Una tarde la bella adolecente

desprevenida va a la fuente

Y en sus aguas frescas se mira largamente,

La brisa acaricia los cabellos ella entreabre lo labios

Y deja rodar los pensamientos

Las cristalinas aguas adivinan las divinas formas del cuerpo

Bajo la túnica que al inclinarse vuela por los aires.

Su bella sonrisa detiene un instante

la virgen asustada  ve sus encantos

en  el cristal de  las aguas.

 Detiene la mirada. Define los límites

                                             en sensual complacencia.

Y bordeando el abismo de su larga mirada

 con voluptuosa danza entró en las aguas cristalinas

Que al tocarla sonrieron bajo un manto de burbujas.

Ella sonrió y sus manos se perdieron

En un laberinto de sofocantes garzas.

Inocente desnudez de  exultante esplendor,

Quien adivinar podría la curva del cielo

En esos labios mojados de silencio y  de fuego.

La tarde, tejedora de liebres y flores  silvestres

Presenció el  festejo del sol y la luna

Sobre la piel iluminada de aquella niña

Hecha mujer en las tibias fragancias

De ardientes caricias abrazadas

A su cuerpo de diosa.



DUDA

¿Tengo que estar aquí para cumplir la cita inaplazable?

¿O, puedo retirarme a algún lugar de sosegado encierro?

 caminos  hechos de preguntas sin entender

que a todos nos toca un poco de todo y un mucho de nada.

Soy el errante pasajero del olvido que dejó su equipaje abandonado

En un jardín de fiesta, donde todo era risa y celestiales músicas.

Solitario, en medio de desdenes e inclemencias,

Me fue vedada la luz y la tranquila fama.

Tengo el vago recuerdo de una fiesta lejana,

Pero no sé si en ella anduve  de prestado o acaso un sueño fue

Que no entendí.





TODOS LOS DIAS, TODAS LAS VIDAS



El reloj destituye la hora en los balcones

El aire se detiene a susurrar en los  ventanales

Hay un gran olvido  en las catedrales

Y una esencia de Dios en el piélago azul del firmamento.

La mujer se despide para siempre del amado

Con la consigna enigmática

De quien duerme aprisionado en otros brazos.

Lejos, muy lejos vuelan las palomas del olvido

Anunciando madrugadas en dolorosos viacrucis.

Los días se despiden marchitando  cerezos

Bajo un sol inclemente y soberbio.

He calculado el abecedario de las penas

En  la antigua voz de las campanas.

Nada  tan triste como una voz olvidada

En medio de las sombras

¿ Precisa el héroe la gloria para vencer el miedo?

Es el fuego el trisagio del humo

En el salmo de los días.

La nada gobierna la errante caravana

Cuando el hombre es ruinas de la historia.

Los adivinos gritan bajo los portales

Cundo los asaltantes reparten el botín,.

De las viejas  paredes brotan gemidos

De odio y de placer,

Mientras la luna cómplice devora  cuchillos

En la oscuridad.

La certeza se destrenza en dudas,

Como el viejo gavilán en  las alturas.

Todos los días son iguales

Detrás de los cristales de la gran ciudad

Todas las penas se mecen al vaivén

De las plegarias.

A veces recurro a algún poeta

En busca de una melodía,

Incauto. La música perfecta

Inunda los trigales

Y la luz difusa canta en los barandales

Donde un sabio eligió su mejor verso

Y una cadencia al mejor poeta.

EN LAS ALTURAS

Un hombre apenas con paso taciturno

medita en las alturas su triste situación.

parece sumergido en pensamientos grises,

en esas cosas grises que no tienen solución.



¿Por qué dios mío, se pregunta inerme y frío,

esta ausencia de virtud y de justicia plena?

Este vagar por el mundo sin clemencia hacia el olvido

Este  asistir sin cesar a la quejumbre de  las penas.



Si somos hechos del sol de las alturas,

¿Por qué la niebla despedaza y rompe

los lirios que en la edad florecen

y en bandada de gaviotas se marcha al horizonte?

                                                                                                                 

¿De dónde esa ilusa pretensión de asirlo todo

En la difusa estación del pensamiento,

 Si cuando en la nada fácil nos perdemos

El viento es la retórica del tiempo.



Un rostro amado  se va de nuestras vidas,

y sin saberlo se pierde en el olvido,

una palabra basta para curar la herida

una caricia nos devuelve el bien perdido.



¿De qué estamos hechos Señor, si lo bueno

Parece pervertido y lo malo nos hace tan felices?

Lo malo a pesar de que es cieno

ahuyenta de nuestro ser lejanas cicatrices



El amor lleva consigo la deshonra, el vicio,

                                       Catedrales de dolor la vida entera,

El amor somete con cadenas de suplicio

Y se envilece en el suplicio de la espera.



Y esas manos ebrias de ilusión y de contento

Que un día fueron cortejo de luceros,

Se vuelven fatal rumor de cementerios

errabunda bandada de lamentos.



La sonrisa que iluminó un instante nuestras vidas,

En otros parajes se detendrá indecisa

En otros lugares partirá otras vidas,

De otros  se irá, como de mi,  sin prisa.

Los ojos que un día con amor nos contemplaron

Ebrios de placer de dicha plena,

Se cerrarán gimiendo en otros brazos

Se borrarán con la sangre de las penas



Y hasta esos labios que a enseñar besaron

se vuelven insidiosos, perversos y proscritos,

y en turbias aguas  nuestro amor pagaron

por recónditos pasajes de infinito.



Nada queda entonces del amor florido

Donde una vez  el huracán de un beso,

Sembró pasiones y  levantó erguido

El himno fantasmal del embeleso.



Un imperio se derrumba en cada goce

en mortales desafíos de silencio

cada caricia la traición recoge

escombros de pasión  y de cilicio.



La humana comprensión carece tanto

Del rígido talento de los sabios

Que en vez de risas cortejamos llanto

En vez de  cantos el azote  y los agravios



¿Qué dios severo traza el misterio de la vida

En la espada del ángel de  la muerte,

Si en cada oración el alma olvida

El misterio de su origen refulgente?



Navegante sin destino el  hombre advierte,

Que el dolor es su triste compañía,

Que el débil se somete al fuerte

Que el justo se somete al reo, en  sentencia impía.



Toda postergación a más de lo vivido

Nos hace apóstatas de ignotos paraísos

Nada nos devuelve el bien perdido

 la vida pasa y con ella los hechizos.



De inclementes abismos se viste la grandeza

Y el bien en turbias sombras  agoniza

Un viento eleva el triunfo en la perversa

Desolación de un almanaque de cenizas.



¡Oh, noche de misterio y de esplendor ausente!

¿Qué trágicos sucesos acarrea el sufrimiento

Si en cada rostro la derrota está presente,

Si nada nos revela el pensamiento?



¿Qué nos queda de la triste lobreguez de un día?

Solo batallas, acechanzas y quejumbres,

Solo esta ruin y fatal melancolía

que el infierno de maldad encubre.



El hombre es artificio de astros fugitivos

 Dios   la vanidad del diablo en todo ser viviente

El mundo alguna flauta  esquiva,

intentando sonar por un demente.



Reyezuelos del poder en cada pueblo,

Gobiernan legiones de escorpiones y bandidos

Orgia de Puñales profetas del infierno

Verdugos de gabán de vampíricos ladridos.


















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