Un domingo de ramos
EL BALCON DE LOS PROFETAS
Teatro
Por: Alonso Quintín Gutiérrez Rivero
LAS VOCES SE DESLIZAN DESDE LOS BALCONES EN
BUSCA DE ESOS ESPLENDORES DIVINOS, APENAS SUGERIDOS EN LA SORDIDEZ DEL ALMA.
DESDE EL PRIMER BALCON, UN GRUPO DE SEGUIDORES CLAMA AL VIENTO SU ESTACION DE
AMANECERES.
VOZ 1. Se dice que el Mesías está por llegar. Entre
arreboles de insignias imperiales, el Mesías, está por llegar.
VOZ 2. Abranse los cielos y caigan
lluvias de bendiciones, que el Mesías está a punto de llegar.
TODOS.- PARAISO DE LLUVIA Y FIESTA,
SENDERO DE MIL CANCIONES, DIOS DESDE LO ALTO, RESPLANECE CON SU HIJO AMADO.
VOZ 3.- Cantos sin memoria en las
honduras del alma. Canto que estremece por su ternura y su calma. Arcángeles de
luz en la feliz mañana. Voz que se
adivina entre lirios y azucenas, corderillo asustadizo entre mis manos manso. Furia
de fuego y voces perdidas en un río de
alabanzas.
VOZ 4.- Vengan todos que el naciente
sol trae la proclama del más humilde y el más grande defensor de la humanidad.
Hijo de Dios y de la luz, navegando entre nubes y oriflamas…. Odioso al imperio,
amado por los pobres desterrados de la tierra. Sabio entre los sabios, náufrago
de constelaciones y de estrellas remotas.
VOZ 5- Se dicen tantas cosas en
Jerusalen. El soberbio no entenderá, el ruin se compadecerá de sus culpas.
TODOS: DECLARAMOS HUESPED DE HONOR AL
MESIAS, SABIAS SUS PALABRAS Y SU TESTIMONIO DE VERDAD Y HONOR, EL MÁS TIERNO
REGALO DE AMOR. VIVA EL MESÍAS… EL QUE HA DE VENIR A SALVAR LA HUMANIDAD.
TODOS.- VIVA, EL MESÍAS,
VOZ 6.- Feliz quien recibe en su
corazón al enviado de dios. Feliz quien
vive la esperanza del altísimo.
VOZ 7.- Sus ojos ven el eclipse de de
las estrellas y siembran de ternura cuanto miran… no lo despreciéis….
Arcángeles de luz iluminan el camino de la humanidad.
VOZ 8.- Ved su rostro divino en el
esplendor del día. Encended las antorchas del entendimiento. El que tenga oídos
que oiga y el que tenga ojos que vea, esa será su sentencia. Escuchad mortales
su voz horadando las montañas.
VOZ 9.- Los valles de Sión escuchan,
las voces del profeta que clama en el desierto la llegada del Mesías… Oid,
habitantes de Jerusalén… el divino maestro ha llegado a vuestras
puertas….levanta los rostros. Ved la humildad vestida de grandeza…
(Los actores van abandonando los
balcones mientras avanza la muchedumbre gritando vítores al Mesías)
ESCENA II
EN
OTRO BALCÓN, LOS FARISEOS SE DETIENEN A CONTAMPLAR EL ESPECTÁCULO Y VOCIFERAN
ENTRE SÍ.
FARISEO
1. No es este el Rabino, que ha venido a usurpar el poder del Sanedrín?
FARISEO
2.- Predica en las sinagogas sin permiso de nadie.
FARISEO 3.- No obstante, no hemos
podido hacerle caer en contradicción. Parece dominar todos los temas con igual
soltura.
FARISEO 4.- La muchedumbre es ciega?
O tal vez los ciegos somos nosotros. Ese hombre, detesta la soberbia, ama la
humildad y se desvive por los pobres.
FARISEO 2.- No es lo que esperan los
judíos. Este no es el rey añorado por las gentes.
FARISEO 3.- Bien, hemos de prevenir a la plebe de este
impostor.
FARISEO 4.- Deteneos, habitantes de Jerusalén. Venced
vuestra fascinación. Este hombre está hecho de carne y huesos y mira con
desprecio nuestras leyes, ¿Cómo lo recibís de esa manera, tendiendo vuestros
mantos, batiendo las palmas, gritando
enardecidos . En verdad merecéis un castigo ejemplar. Ignoráis acaso que Roma
protege a los impostores?
FFARISEO 5.- No parecéis convencidos…. Le habéis visto
predicar en todas partes, como si fuera nuestro guía, ignorando las enseñanzas
del sumo Sacerdote Caifáz y… del gran Sanedrín, Vamos regresad a la tranquilidad de vuestras casas…. Debéis
olvidar lo visto aquí….
TODOS.- Orad en presencia de
todos…vuestra oración será escuchada, lejos de las alabanzas al hijo de
Nazareth.
(Desde otro lugar, a la altura de la cúpula del templo, Jasael,
clama con voz profética)
JASAEL.- Los locos callan porque las paredes de sus
almas han sido eliminadas de sus vidas… pero los insensatos, vociferan, gritan.
Al asomarse el
halcón en las noches de sus almas, murmuran. Aquello que el corazón los
podría elevar para ser bienvenidos a los ojos de Dios, no los conmueve. son
indignos de la raza humana. Los fariseos, muestran rostros de luz ante los
transeúntes pero viven en sombras. Predican la oración y ostentan piedad pero
se contradicen en medio de sus dudas y vociferan… el divino maestro los
perdona…Dios vierte su bondad a todos, desde tiempos remotos. Fariseos: id a las porquerizas y limpiad vuestras sandalias
de la inmundicia de vuestros actos…. Detenéos antes de arriesgar la
multitud absorta en vuestro discurso…
glorifica, y eleva al Señor nuestra plegaria… el Mesías ha sido glorificado en
los predios de Dios y la humanidad bendecida… incáos de rodillas y proclamad al
Hijo de David. (enciende una antorcha y desaparece. Se oye una música celestial
como el Magnificat)
ESCENA III.
(Más allá, la muchedumbre es sorprendida por algunos
seguidores de Jesús y Centurión con sus guardias )
GUARDIA.- ¿Qué alboroto es este? Se
les hace saber que por orden del Emperador Tiberio, queda prohibida, toda
manifestación, que atente contra el
orden y la libre circulación de las gentes. ¿No es ese el alborotador que sacó
a los mercaderes del templo? Vamos,
regresen a sus casas y todo terminado.
SEGUIDOR 1.- Qué mal hacemos? Solo
damos la bienvenida al Hijo de David y eso no lo puede impedir el emperador.
GUARDIA.- Insolente. Ese hombre crea
malestar entre las gentes. Obediencia, obediencia al emperador romano.
SEGUIDOR 2.-Es nuestro profeta y
tenemos derecho a que respeten nuestras creencias.
SEGUIDOR 3.- Ofenden al emperador. Obedezcan y no seréis
castigados. Roma os trata con benevolecia pero no tolera insubordinaciones.
Vamos regresen a casa todo concluido.
SEGUIDOR 1.- Nada hacemos contra
Roma. Ustedes ofenden nuestras creencias.
CENTURIÓN.- Arresten a ese insolente.
Ese predicador es maligno parra vuestras creencias. En nombre del legítimo
representante del emperador, Poncio Pilatos, guardaos de hacer bullicio, y
menos manifestaciones que atenten contra el
orden…
(al intentar arrestar el seguidor,
los seguidores toman los cayados y se disponen a luchar. El Centurión desenvaina la espada).
SEGUIDOR 2.- Si hemos de entregar
nuestras vidas por el divino Maestro, así será. (Enfrentado al guardia)
SEGUIDOR 1.- Nada hacemos contra
Roma. Centurión, Jesús de Nazareth es
nuestro guía y nuestra salvación
y por él estamos dispuestos a morir.
CENTURIÓN.- Qué clase de gente es
esta que desafía el imperio y se sumerge en la oscuridad de la muerte, sin
percatarse de su torpeza. Estáis ebrios de locura. No entendéis la grandeza de
Roma. ¿Sabéis por ventura, el castigo que os espera? En tres días seréis
destruidos. Nada podéis contra Roma.
SEGUIDOR 2.- Bien. Si así ha de ser que sea. El Dios de
Abrahan dará fortaleza a mi brazo y me
recibirá en su sagrado reino. (Escaramuza de lucha)
CENTURION.- Detenéos. Ya le llegará
la hora a vuestro predicador. Las puertas del viento no serán suficientes para
vuestra condena. Ni el llanto de todas las vírgenes bastará para apaciguar la
furia de Roma. Seréis, humillados, perseguidos, esclavizados, por esta osadía.
Habéis desatado la furia de Roma, y esa será vuestra ruina. De modo
incontenible el imperio se levanta delante de vosotros. No habrá piedad para
los insurgentes. Vamos guardias. Hebreos: habitais desde hoy la patria del
miedo. Vuestro predicador será vuestra perdición.
SEGUIDOR 1.- Ese ha sido nuestro destino y ese será hasta
el fin. Viva el Hijo de David.
TODOS.- VIVA.
ESCENA IV
(EN EL ULTIMO BALCON, LOS PREGONEROS, BATEN CINTAS DE COLORES Y
MANTAS)
VOZ 1.- Dios, vierte vanidad sobre
los ricos y ellos no saben de sus malignas intensiones.
Voz 2.- Desde lo alto ha sido
proclamado. Desde las estrellas se dijo, que Jesús de Nazareth vendría a
liberar a su pueblo y he aquí que el rey ha venido. Desde lugares remos ha
venido. Gloria a Dios en las alturas y en Jerusalén brille la luz de su
sabiduría.
VOZ 1. Los creyentes multiplicaron sus pasos y las voces trajeron mil encantos. Jerusalén
se pobló de malhechores y de sórdidas intensiones, más el Hijo de Dios, cantará
bajo los almendros y el salmo dirá sabio y el necio dirá: rey sin trono. Todo
para dar cumplimiento a las sagradas
escrituras.
VOZ 2.- El corazón se eleva en
plegaria abrumadora y el alma grita jubilosa
en medio de truenos y relámpagos. Venid todos a ver el prodigio de las escrituras. No en vano predicaron los
profetas en medio del desierto.
VOZ 3.- Gloria al Mesías. Bendito sea
el que viene en nombre del Señor.
VOZ 4.- Habitantes de Jerusalén:
elevad vuestras voces por encima de los templos y haced que brille la
esperanza. Dios desde lo alto bendecirá vuestras almas. Jerusalén contempla con
sorpresa un espectáculo de luz y el caminante de Emaúz, colmará de virtudes
vuestros corazones. Hombres de piedra
hundirán los reinos en la desesperación, mas al décimo día vencerá el redentor
y habrá luz donde antes hubo oscuridad y habrá paz donde antes rondaba la
impiedad. Habéis vencido las tinieblas de la desesperación y estás justo en el
lugar consagrado al más humilde de los sabios…
F I N .
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