SECRETOS.
Por: Alonso Quintín Gutiérrez Rivero
Venías en el rumor de la playa,
con las olas adheridas a la piel,
traías un canto de sirenas
y en los labios mariposas de fuego.
Era el aroma del anochecer
un susurro de flores y amatistas,
eran tus ojos espejos de la mar,
relojes de Dios en tus pestañas.
Venías de hacer figuritas en la arena,
letras de dulce compañía,
frases para destronar el día
de una cierta embriaguez de lejanías,
te amamos madre mía,
decían tus dedos en la arena,
y el eco repetía,
te amamos madre mía.
Del cielo cayo con levedad y alivio
un rayo de luna confundido
entre la brisa y el sosiego.
Y el eco repetía,
Te amamos madre mía.
Detrás de los cristales de la noche,
hubo un rumor de ángeles
alguien que se va.
Y la arena repetía,
ya en la oscuridad.
Te amamos madre mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario