LOS DEZ MEJORES POETAS

1 '¿Qué es poesía?', de Gustavo Adolfo Bécquer.

Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836. Aunque escribió en la época del Realismo, su estilo está considerado como Romántico. Su lírica intimista, sincera y sencilla quedó reflejada en las famosas Rimas. La Rima XXI, conocida con el titulo de '¿Qué es poesía?' es uno de los poemas más prestigiosos en lengua española
"¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul,
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú".








2 'Caminante no hay camino', de Antonio Machado.

Antonio Machado nació en Sevilla en 1875. Perteneciente a la Generación del 98, su obra está enmarcada dentro del Modernismo. En su poesía destaca la importancia por el verbo y usa, frecuentemente, características modernistas. Los símbolos personales como el viajero, el camino o la fuente, son habituales en sus textos. En la obra 'Campos de Castilla' se encuentra una de sus poesías más famosas, 'Caminante no hay camino', dentro de la sección 'Proverbios y Cantares'. Famosos cantautores como Joan Manuel Serrat han puesto música a esta poesía:
"(...) Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar (...)"


3 'Romance de la luna', de Federico García Lorca.

Federico García Lorca nació en Fuente Vaqueros (Granada) en 1898. Adscrito a la Generación del 27, es el poeta más popular de la literatura española del siglo XX. En su obra poética refleja un sentimiento trágico por la vida. Mezcla rasgos de la tradición popular y la culta. 'Poeta en Nueva York', 'Poema del cante jondo' o 'Romancero gitano' son algunas de sus obras poéticas más importantes. De este último texto te recomendamos el famoso 'Romance de la luna':
"(...) La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño (...)".


4 'La paloma', de Rafael Alberti.

Rafael Alberti nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) en 1902. Su obra, marcadamente surrealista, pertenece a la Generación del 27. En su poemario titulado 'Entre el clavel y la espada', publicado en 1939, puedes encontrar una de sus poesías más conocidas, 'La Paloma':
"(...) Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche la mañana.
Que las estrellas rocío,
que la calor la nevada.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa.
(Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama".


5 'La princesa está triste', de Rubén Darío.

 



 

Rubén Darío nació en la provincia de Matagalpa (Nicaragua) en 1867. Su influencia en la poesía del siglo XX le valió el apodo de 'príncipe de las letras castellanas'. Renovó el lenguaje poético de su época buscando un efecto métrico muy reconocible en la mayoría de sus obras. En sus 'Prosas profanas' puedes encontrar una de sus poesías más pregitiosas, 'La princesa está triste':
"(...) La princesa está triste.. Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro;
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor (...)".


6 'La canción del pirata', de José de Espronceda.

José de Espronceda nació en 1808 en Parajes de la Vera (Badajoz). Es el autor más reconocido del Romanticismo español. La influencia de Lord Byron es muy destacada en algunas de sus obras como 'El estudiante de Salmanca'. Entre sus poesías destaca 'La canción del pirata', publicada por primera vez en la revista 'El artista' en 1835:
"Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín (...)"


7 'Si el hombre pudiera decir lo que ama', de Luis Cernuda.

Luis Cernuda nació en Sevilla en 1902. Perteneciente a la Generación del 27, destaca entre su obra poética el poema 'Si el hombre pudiera decir lo que ama', perteneciente al texto 'Los placeres prohibidos'. En esta obra, Cernuda utiliza al mito de Dionisos para simbolizar la desobediencia a las reglas.
"Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero (...)".


8 'Me gustas cuando callas' , de Pablo Neruda.

 



 

Pablo Neruda nació en Parral (Chile) en 1904. Está considerado como uno de los poetas más influyentes de su época. Su obra y legado persisten, principalmente en la literatura hispanoamericana. Entre su obra poética destacan sus 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada'. El fragmento de 'Me gustas cuando callas' es una de las poesías imprescindibles de la historia:
"Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca (...)".


9 'A una nariz', de Francisco de Quevedo.

Francisco de Quevedo nació en Madrid en 1580. Es uno de los autores más destacados del Siglo de Oro. Casi la mitad de sus textos son satíricos. Este, dedicado al poeta Luis de Góngora, comienza así:
"Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado (...)"


10 'Insomnio', de Dámaso Alonso.

Dámaso Alonso nació en Madrid en 1898. Se le considera miembro de la Generación del 27. La Guerra Civil y la postguerra marcan su poesía, en un principio influenciada por Juan Ramón Jiménez. Este poema, titulado 'Insomnio' puedes encontrarlo en su libro 'Hijos de la ira':
"Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).


A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna (...)".