Estás perdida en la
ventana
mirando el desfile de
los años
en el
vendaval de los recuerdos.
Te
estaré esperando
en
el episodio de un rayo de luz
o en el capítulo final
de
un concierto de flautas
Cuando oigo tus pasos
Se mueve el eco de los siglos
|
Te estaré esperando
En el episodio de un rayo de luz
O en el capítulo final
De
un concierto de flautas
|
Cuando
oigo tus pasos
Se mueve
el eco de los siglos
Regresando al
olvido.
CARNAVAL
Vocerío, exaltación.
Exuberancia bajo el
cielo inclemente
voluptuosidad
suspiro alado
mariposa de fuego es el
deseo
PASOS
Alguien viene. Son los
pasos de la sombra,
o alguna presencia
abandonada
en el murmullo de los vientos.
SEGURO
Aprisionada en sus convicciones,
la madre bendice a los
hijos
desde el lejano campanario
del tiempo sin saber
que no existe la
lejanía ni el tiempo.
ESTULTICIA
Me percaté de ti
cundo te ibas por los
senderos
del olvido.
CASI
El ocaso es el final de
un día
el viaje sin regreso de
la vida.
el ocaso insiste en
llamarse luz.
FUE AYER
Se pasa inadvertido de
la multitud
pero no de la
conciencia.
la lobreguez de un día
en el ludibrio de las
horas.
AHORA
Cuento mi vida
Para que nadie sepa
El hondo pasar de mis delirios.
VITALIDAD
En medio de tanto
heroísmo,
una lágrima intacta
borró el último
vestigio
de la guerra
PERSPECTIVA
El tiempo es el adivino
de los acontecimientos
de vez en cuando suelta
genios
para dividir las edades
y borrar
civilizaciones.
FIESTA
La insuperable faena del
destino
atiende el último
vestigio humano
acusado de vivir
en la divina embriaguez
de los contrastes.
ESTADO DE SITIO
Cuento con su
desaprobación señor presidente.
ante tanta rebelión hay
que cambiar
el curso del río y el
canto de los prisioneros
todos bajan por la
misma pendiente.
Otras ciudades, recogen los muertos.
Cuento con su
aprobación señor presidente.
EL SECRETO DE LAS COSAS
La luz es el indicio
de los seres y las
cosas
pocos se percatan de
los murmullos
escondidos en los
intervalos
de los estallidos de la
luz.
CUADERNO
La niña recoge el
cuaderno
se pone la capa, se
quita el sombrero
le hace una venia
al lobo feroz
y parte veloz, en busca
del cuento
que halló en el jardín,
bailando los juegos del
mago Merlín.
CANTANTE
Abandonado de la guitarra
y de la gente,
prefirió la detestable
senda
de sus derrotas
y se abatió en la
página en blanco
de un triunfo perdido
REGRESO
El viajero extraviado
en horizontes de piedra
añoraba el regreso
en el alma de los
besos.
SILENCIOSO DESPERTAR
Nadie regresa ileso de
un recuerdo.
El olvido es el único
impostor
pero esa niña de
intensos collares
estruja entre sus manos
el retrato de su amante,
el último secreto
inconfesable
que la llevó a la
tumba.
AUSTERIDAD
La impiedad de los años
es la mortaja de los
sueños
cuando asoma en el
horizonte
esa luz imperceptible
que llamamos serenidad
UN CANTO APENAS
La soledad se detiene
en esta estancia
donde pasan las horas
imaginando seres
humanos
un canto apenas
en la lejanía de los
astros
VALIENTE PRISIONERO
Entró con gran sigilo,
casi sin ser visto,
los jugadores lo
miraron de reojo,
de pronto un gran
silencio se posó
en el salón rebosante
de licor y carcajadas
la rubia esquivó la
mirada.
El hombre acarició el
revolver.
Un horizonte de piedras
atravesó el semblante
del prisionero
y en la estancia de olor a tabaco
y humores de fieras
salidas de circo,
con fuerza mortal les
previno,
la fuerza de diez
hombres venidos a mano,
trazaron la línea
infernal del demonio
con gran destreza,
aprieta el gatillo
y un muro de hombres se
desploma al piso,
el hombre desciende a
su lóbrego abismo
y se pierde en el
mustio vestigio,
de un sueño parecido al
silencio,
en parajes enhiestos.
La rubia se terció las
cananas
y se alejó del valiente
guerrero
que yacía muerto.
Alguien cantaba una
triste tonada.
Al salir se perdió en
la furia del viento.
MANIATADO
La selva entiende la
tristeza de un hombre
sin gritos, sin
voluntad sin fuerzas
casi olvida el presagio
de las manos inmóviles
rendidas a la perversa
esclavitud.
El secuestro define la
miseria humana
en el último escalón de la evolución.
MINIATURA
La madre sonríe, se
pierde en sus sueños
el cielo la escucha,
enciende sus velos,
y en dulces plegarias
salidas del alma
suplica en instantes de
valiente calma
adivina el secreto de
sus bellos encantos
adivina por qué Dios la
quiere tanto,
alegre y sincera va y
vine con gran donosura
llenando la estancia
con su dulce ternura.
El cielo la ve,
diminuta y perfecta
sin otro atavío que su
augusta sonrisa
donde duermen banderas
de fuego
y cálices bellos que el
sol eterniza
en el fuego divino de
sus ojos negros.
ORGULLO
Le encantan los vicios,
las poses altivas
las vidas ajenas se vuelven suplicio,
camisa impecable,
cinismo y barbarie
lo sigue el peligro,
las bellas mujeres,
detesta el honor, en
silencio,
le brillan los ojos de
turbios encantos,
se pierde en la noche,
en el humo siniestro
de los acontecimientos.
Despierta los celos del
ampa en secreto
duerme su pesadilla de
muertos
rastrojos de ira,
menudos fracasos
a nadie cautiva, lo
impiden sus actos
y en una cornisa donde
duermen sus santos,
despierta el demonio
que azota los barrios.
El asesino, se pone los
guantes, presencia de diablo,
estrena sonrisa,
colonia y chaleco
y va a la oficina a
inscribirse como el gran candidato
que el pueblo reclama,
que el pueblo asustado
elije en silencio, para
que rija el destino
los próximos cuatro
años.
Así es la conciencia,
así son las cosas
de los politicastros.
VANIDAD.
¿De qué sirve la
austeridad, el honor, la paciencia,
si estamos perdidos en
el horror la inclemencia?
la humildad es la
sacristía de los suplicios,
la vanidad de una
triste virtud, el emblema del vicio
pensar nos hace
proclives, instigadores nde oficio
de alguna verdad,
inconcebible y perversa
nos hace seguros de
la línea recta,
nos vuelve perfectos,
nos hace dueños
de otras conductas, de
otros acertos.
nos hace sumisos,
pequeños insectos.
Imaginar, en el piélago
azul de los sueños
nos devuelve el vino de
los dioses
y el divino encanto de
las cosas sencillas
el tono exacto, la
melodía perfecta
para afinar los actos
con las cosas divinas,
las mismas que diario
detestan con mucha insistencia
los de raro abolengo,
los necios de alcurnia
porque al fin de
cuentas no saben
que en un lugar del
alma se esconde el secreto.
imaginar es ante todo,
la insistente porfía,
de una lluvia de
acentos en noches inciertas
cuando las almas de los
transeúntes
abandonan los carruajes
del sueño.
SONATA
Un grito irrumpe en la partitura de la noche
los árboles se quiebran
y desaparecen
bajo un manto de
sombras,
como si quisieran
esquivar o danzar
al ritmo de una cascada
de violines;
ignoran los árboles,
que el horizonte perpetúa la sombra del asesino.
La noche avanza en el
trigal remoto del misterio
soñando un fuego
ausente de lamentos
por donde pasan fantasmas en caballos de plata.
ESTUDIANTE
Farid viene del país de
los Igor,
agotado de lecturas y
sabios pergaminos.
Conoció Lacio y Petronia
fue por mares
embravecidos de Tracia
poseído por el canto inagotable de las cosas,
desembarcó en Turquía,
compró baratijas
y se marchó al mar de
Tiberiades
donde los beduinos
poseen extrañas costumbres.
Una tarde, se tendió
bajo las palmeras
dispuesto a morir al no
hallarle explicación a la vida
¡Insensato! ¡Como si la
vida tuviera explicación!
La vanidad de la muerte
es el privilegio de los necios,
y en brocales de
lirios, y azules miradas,
fue llevado al palacio
de un sultán
-Llévenlo- dijo- padece
el mal de los libros
No sabe, no entiende, que
en estos lugares
el delirio es una pena,
el pensamiento un cadalso.
-Llévenlo, déjenlo en
las playas de los Lestrigones,
hallará su camino, será
un largo viaje
y cuando a la patria
llegue, olvidará las joyas
y las cúpulas.
El viento del desierto borrará su memoria.
esta mañana, pasó por
el puente, y con ojos ausentes
leyó su postrer
lección, anduvo indeciso,
sin rumbo preciso,
como si en el vago
fondo de un azul oleaje
se meciera un recuerdo,
se agitara un tormento.
la estancia se pobló de voces,
y todos entraron a la
primera clase,
solo él, altivo,
escéptico musitó en silencio,
¿Qué puede la vida, qué
pueden los libros,
si de ambos soy su
prisionero?
LOS CERROS.
Un tropel de caballos
atraviesa los cielos,
deben ser las nubes
andariegas
que distraídas tejen y
destejen
un mantel de porcelana.
Hay ecos perdidos en
las fauces de los cerros
o tal vez son los
astros vagabundos
que dejaron su rastro
solitario la última noche.
Desde aquí se precisa
el rostro de los siglos,
en atávicas formas,
perdidas en la sombra.
un dios paciente
cinceló estas alturas
por donde pasan
quejumbres y herrumbrosas plegarias
el sol se desdobla en
esplendentes ropajes
sobre los montes y los
riscos,
donde duermen las
águilas su sueño de infinito
y despiertan las aves a
mortales desafíos.
Por aquí pasa el viento
en descomunales arreos
Y edifica el trueno
catedrales de miedo.
La eternidad abraza los cerros,
bajo una lluvia persistente
de misterios.
Abajo el río llora
lágrimas de silencio
y mariposas de fuego en
un valladar de garzas y jilgueros
los cerros contienen
los cantos de los guerreros
y envían abismos a la
gloria
en colosales epopeyas
de cóndores, y reyes
relucientes
de ardientes espadas y
soles macilentos.
Los cerros prefiguran alturas
gobiernan abismos
DESTELLO
Pensar en ti me hace daño
Y sin embargo insisto.
Mientras abres los ojos,
las aves sueñan el siguiente vuelo,
los árboles meditan estremecidos
por una infausta melodía,
un viajero mira perplejo
la estatua del deseo,
la luna se despide de la noche invisible,
el silencio estalla
en el precipicio de una canción olvidada,
y en tus ojos se pasea
una estrella distante.
Pensar en ti me hace daño
tal vez porque no entiendo,
las palpitaciones del universo,
cuando cierras los ojos
y Dios se aleja con sus ángeles
al cielo.
PUERTAS DE AGUA
Cuando el agua asoma al balcón
sueña seres
humanos,
se pone su traje blanco
y pinta sonoros paisajes,
con hadas y todo.
Una ronda de luceros
Se pasea sobre el lienzo del agua
Y en el pincel de su magia invisible,
Se oyen suspiros de ignotas princesas,
Y tropeles de caballos perversos
Saturados de frío donde antiguos jinetes
Morían clamando una plegaria.
Cuando el agua asoma al balcón,
Llega el rumor de ríos turbulentos
Y violentas lluvias azotando
Los cultivadores, recia franja
Rocio convertido en tormenta,
Bajo el azul furioso de la montaña.
Cuando asoma la lluvia,
El barandal del universo
Se apresta a germinar la vida.
FUEGO EN LAS SIENES
Desde el hondo matiz de la alborada,
despiertan los siglos.
Los héroes cansados rasgan la aurora
Y destrozan espadas de plata
En el marfil de una noche milenaria
Encendida de hileras de antorchas
Por donde desfila el
último
Arrebato de bravura.
No alcanzan a percibir
El albur de los seres humanos
Ni el ángel exterminador bajado del cielo
Que sucumbió a la tragedia existencial.
No saben de quien es esa sombra
Descomunal que
los aterra
Ni de dónde vinieron.
Llevan fuego en las sienes
Y entonan himnos de piedra
Mientras duermen los siglos.
RELOJ
A pie, por el puente de
piedra,
Se va a Estrofore,
pueblo de estatuas y bronces
perdido en las nieblas
del tiempo
las gentes predicen desgracias
en los labios de
Eleonere
cada beso suyo deletrea una tragedia
en el alma de su
amante.
Flavio, el oscuro
caminante de voz adorable
y finos modales se
detiene un instante,
y ver los sueños despedazarse.
Hay mucha gente en el
puente de piedra,
la policía rescata un
cuerpo del río
Flavio no pudo soportar
el hastío de los días,
Eleonere palidece bajo
el pincel
del renegado pintor de
Estrofore.
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