ENCUENTRO


Punto de encuentro.

martes, 23 de agosto de 2011

INSTANTANEAS







Estás perdida en la ventana

mirando el desfile de los años

en el

 vendaval de los recuerdos.



Te estaré esperando

en el episodio de un rayo de luz

o en el capítulo final

de un concierto de flautas


Cuando oigo tus pasos
Se mueve el eco de los siglos
Te estaré esperando
En el episodio de un rayo de luz
O en el capítulo final
De un concierto de flautas
















Cuando oigo tus pasos                    
Se mueve el eco de los siglos
Regresando al olvido.








CARNAVAL



Vocerío, exaltación.

Exuberancia bajo el cielo inclemente

voluptuosidad

suspiro alado

mariposa de fuego es el deseo





PASOS


Alguien viene. Son los pasos de la sombra,

o alguna presencia abandonada

en  el murmullo de los vientos.




SEGURO


Aprisionada en sus convicciones,

la madre bendice a los hijos

desde el  lejano campanario

del tiempo sin saber

que no existe la lejanía ni el tiempo.






ESTULTICIA


Me percaté de ti 

cundo te ibas por los senderos

del olvido.




CASI


El ocaso es el final de un día

el viaje sin regreso de la vida.

el ocaso insiste en llamarse luz.





FUE AYER
 

Se pasa inadvertido de la multitud

pero no de la conciencia.

la lobreguez de un día

en el ludibrio de las horas.




AHORA


Cuento mi vida

Para que nadie sepa

El hondo pasar de mis delirios.









VITALIDAD


En medio de tanto heroísmo,

una lágrima intacta

borró el último vestigio

de la guerra





  PERSPECTIVA



El tiempo es el adivino

de los acontecimientos

de vez en cuando suelta genios

para dividir las edades

y borrar civilizaciones.





FIESTA


La insuperable faena del destino

atiende el último vestigio humano

acusado de vivir

en la divina embriaguez

de los contrastes.






ESTADO DE SITIO



Cuento con su desaprobación señor presidente.

ante tanta rebelión hay que cambiar

el curso del río y el canto de los prisioneros

todos bajan por la misma pendiente.

 Otras ciudades, recogen los muertos.

Cuento con su aprobación señor presidente.





EL SECRETO DE LAS COSAS


La  luz es el indicio

de los seres y las cosas

pocos se percatan de los murmullos

escondidos en los intervalos

de los estallidos de la luz.





CUADERNO


La niña recoge el cuaderno

se pone la capa, se quita el sombrero

le hace una venia al  lobo feroz

y parte veloz, en busca del cuento

que halló en el jardín,

bailando los juegos del mago Merlín.





CANTANTE



Abandonado de la guitarra y de la gente,

prefirió la detestable senda

 de sus derrotas

y se abatió en la página en blanco

de un triunfo perdido





REGRESO



El viajero  extraviado

en  horizontes de piedra

añoraba el regreso

en el alma de los besos.







SILENCIOSO DESPERTAR



Nadie regresa ileso de un recuerdo.

El olvido es el único impostor

pero esa niña de intensos collares

estruja entre sus manos

el retrato de su amante,

el último secreto inconfesable

que la llevó a la tumba.






AUSTERIDAD



La impiedad de los años

es la mortaja de los sueños

cuando asoma en el horizonte

esa  luz imperceptible

que llamamos serenidad





UN CANTO APENAS



La soledad se detiene en esta estancia

donde pasan las horas

imaginando seres humanos

un canto apenas

en la lejanía de los astros






 VALIENTE PRISIONERO



Entró con gran sigilo, casi sin ser visto,

los jugadores lo miraron de reojo,

de pronto un gran silencio se posó

en el salón rebosante de licor y carcajadas

la rubia esquivó la mirada.

El hombre acarició el revolver.

Un horizonte de piedras atravesó el semblante

del  prisionero

y en la estancia   de olor a tabaco

y humores de fieras salidas de circo,

con fuerza mortal les previno,

la fuerza de diez hombres venidos a mano,

trazaron la línea infernal del demonio

con gran destreza, aprieta el gatillo

y un muro de hombres se desploma al piso,

el hombre desciende a su lóbrego abismo

y se pierde en el mustio vestigio,

de un sueño parecido al silencio,

en parajes enhiestos.

La rubia se terció las cananas

y se alejó del valiente guerrero

que yacía muerto.
Alguien cantaba una triste tonada.

Al salir se perdió en la furia del viento.





MANIATADO



La selva entiende la tristeza de un hombre

sin gritos, sin voluntad sin fuerzas

casi olvida el presagio de las manos inmóviles

rendidas a la perversa esclavitud.

El secuestro define la miseria humana

en  el último escalón de la evolución.






MINIATURA



La madre sonríe, se pierde en sus sueños

el cielo la escucha, enciende sus velos,

y en dulces plegarias salidas del alma

suplica en instantes de valiente calma

adivina el secreto de sus bellos encantos

adivina por qué Dios la quiere tanto,

alegre y sincera va y vine  con gran donosura

llenando la estancia con su dulce ternura.

El cielo la ve, diminuta y perfecta

sin otro atavío que su augusta sonrisa

donde duermen banderas de fuego

y cálices bellos que el sol eterniza

en el fuego divino de sus ojos negros.






ORGULLO



Le encantan los vicios, las poses altivas

 las vidas ajenas se vuelven suplicio,

camisa impecable, cinismo y barbarie

lo sigue el peligro, las bellas  mujeres,

detesta el honor, en silencio,

le brillan los ojos de turbios encantos,

se pierde en la noche, en el humo siniestro

de los acontecimientos.

Despierta los celos del ampa en secreto

duerme su pesadilla de muertos

rastrojos de ira, menudos fracasos

a nadie cautiva, lo impiden sus actos

y en una cornisa donde duermen sus santos,

despierta el demonio que azota los barrios.

El asesino, se pone los guantes, presencia de diablo,

estrena sonrisa, colonia y chaleco

y va a la oficina a inscribirse como el gran candidato

que el pueblo reclama, que el pueblo asustado

elije en silencio, para que rija el destino

los próximos cuatro años.

Así es la conciencia, así son las cosas

de los politicastros.







VANIDAD.



¿De qué sirve la austeridad, el honor, la paciencia,

  si estamos perdidos en el horror la inclemencia?

la humildad es la sacristía de los suplicios,

la vanidad de una triste virtud, el emblema del vicio

pensar nos hace proclives, instigadores nde oficio

de alguna verdad, inconcebible y perversa

nos hace seguros de la  línea recta,

nos vuelve perfectos, nos hace dueños

de otras conductas, de otros acertos.

nos hace sumisos, pequeños insectos.

Imaginar, en el piélago azul de los sueños

nos devuelve el vino de los dioses

y el divino encanto de las cosas sencillas

el tono exacto, la melodía perfecta

para afinar los actos con las cosas divinas,

las mismas que diario detestan con mucha insistencia

los de raro abolengo, los necios de alcurnia

porque al fin de cuentas no saben

que en un lugar del alma se esconde el secreto.

imaginar es ante todo, la insistente porfía,

de una lluvia de acentos en noches inciertas

cuando las almas de los transeúntes

abandonan los carruajes del sueño.





SONATA



Un grito  irrumpe en la partitura de la noche

los árboles se quiebran y desaparecen

bajo un manto de sombras,

como si quisieran esquivar o danzar

al ritmo de una cascada de violines;

ignoran los árboles,

que  el horizonte perpetúa la sombra del asesino.

La noche avanza en el trigal remoto del misterio

soñando un fuego ausente de   lamentos

por donde pasan  fantasmas en caballos de plata.






ESTUDIANTE



Farid viene del país de los Igor,

agotado de lecturas y sabios pergaminos.

 Conoció Lacio y Petronia

fue por mares embravecidos de Tracia

 poseído por el canto inagotable de las cosas,

desembarcó en Turquía, compró baratijas

y se marchó al mar de Tiberiades

donde los beduinos poseen extrañas costumbres.

Una tarde, se tendió bajo las palmeras

dispuesto a morir al no hallarle explicación a la vida

¡Insensato! ¡Como si la vida tuviera explicación!

La vanidad de la muerte es el privilegio de los necios,

y en brocales de lirios, y azules miradas,

fue llevado al palacio de un sultán

-Llévenlo- dijo- padece el mal de los libros

No sabe, no entiende, que en estos lugares

el delirio es una pena, el pensamiento un cadalso.

-Llévenlo, déjenlo en las playas de los Lestrigones,

hallará su camino, será un largo viaje

y cuando a la patria llegue, olvidará las joyas

y las cúpulas.

El  viento del desierto borrará su memoria.

esta mañana, pasó por el puente, y con ojos ausentes

leyó su postrer lección, anduvo indeciso,

sin rumbo preciso,

como si en el vago fondo de un  azul oleaje

se meciera un recuerdo, se agitara un tormento.

la  estancia se pobló de voces,

y todos entraron a la primera clase,

solo él, altivo, escéptico musitó en silencio,

¿Qué puede la vida, qué pueden los libros,

si de ambos soy su prisionero?





LOS CERROS.



Un tropel de caballos atraviesa los cielos,

deben ser las nubes andariegas

que distraídas tejen y destejen

un mantel de porcelana.

Hay ecos perdidos en las fauces de los cerros

o tal vez son los astros vagabundos

que dejaron su rastro solitario la última noche.

Desde aquí se precisa el rostro de los siglos,

en atávicas formas, perdidas en la sombra.

un dios paciente cinceló estas alturas

por donde pasan quejumbres  y herrumbrosas plegarias

el sol se desdobla en esplendentes ropajes

sobre los montes y los riscos,

donde duermen las águilas su sueño  de infinito

y despiertan las aves a mortales desafíos.

Por aquí pasa el viento en descomunales arreos

Y edifica el trueno catedrales de miedo.

La  eternidad abraza  los cerros,

bajo una lluvia persistente de misterios.

Abajo el río llora lágrimas de silencio

y mariposas de fuego en un valladar de garzas y jilgueros

los cerros contienen los cantos de  los guerreros

y envían abismos a la gloria

en colosales epopeyas

de cóndores, y reyes relucientes

de ardientes espadas y soles macilentos.

Los cerros prefiguran  alturas

gobiernan  abismos 


DESTELLO

Pensar en ti me hace daño
Y sin embargo insisto.
Mientras abres los ojos,
las aves sueñan el siguiente vuelo,
los árboles meditan estremecidos
por una infausta melodía,
un viajero mira perplejo
la estatua del deseo,
la luna se despide de la noche invisible,
el silencio estalla
en el precipicio de una canción olvidada,
y en tus ojos se pasea
una estrella distante.
Pensar en ti me hace daño
tal vez porque no entiendo,
las palpitaciones del universo,
cuando cierras los ojos
y Dios se aleja con sus ángeles
al cielo.

PUERTAS DE AGUA

Cuando el agua  asoma al balcón
sueña  seres humanos,
se pone su traje blanco
y pinta sonoros paisajes,
con hadas y todo.
Una ronda de luceros
Se pasea sobre el lienzo del agua
Y en el pincel de su magia invisible,
Se oyen suspiros de ignotas princesas,
Y tropeles de caballos perversos
Saturados de frío donde antiguos jinetes
Morían clamando una plegaria.
Cuando el agua asoma al balcón,
Llega el rumor de ríos turbulentos
Y violentas lluvias azotando
Los cultivadores, recia franja
Rocio convertido en tormenta,
Bajo el azul furioso de la montaña.
Cuando asoma la lluvia,
El barandal del universo
Se apresta a germinar la vida.

FUEGO EN LAS SIENES

Desde el hondo matiz de la alborada,
despiertan los siglos.
Los héroes cansados rasgan la aurora
Y destrozan espadas de plata
En el marfil de una noche milenaria
Encendida de hileras de antorchas
Por donde desfila el  último
Arrebato de bravura.
No alcanzan a percibir
El albur de los seres humanos
Ni el ángel exterminador bajado del cielo
Que sucumbió a la tragedia existencial.
No saben de quien es esa sombra
Descomunal  que los aterra
Ni de dónde vinieron.
Llevan fuego en las sienes
Y entonan himnos de piedra
Mientras duermen los siglos.



RELOJ



A pie, por el puente de piedra,

Se va a Estrofore, pueblo de estatuas y bronces

perdido en las nieblas del tiempo

las gentes predicen  desgracias

en los labios de Eleonere

cada beso suyo  deletrea una tragedia

en el alma de su amante.

Flavio, el oscuro caminante de voz adorable

y finos modales se detiene un instante,

y ver  los sueños despedazarse.

Hay mucha gente en el puente de piedra,

la policía rescata un cuerpo del río

Flavio no pudo soportar

el hastío de los días,

Eleonere palidece bajo el pincel

del renegado pintor de Estrofore.


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