La última novela de Víctor Raúl Rojas Peña, "Vicente Rafael García y la guerra de partidas", es un logro de la filigrana y la maestría de un narrador, con una gran capacidad de síntesis, dominio del lenguaje y de las situaciones. Abordar temas históricos implica un grado extremo de fidelidad a los hechos y lugares, por ende correr el riesgo de convertirse en un catálogo, pero aquí el autor, se manifiesta cauteloso, particularmente esforzado. Parece sencillo, el relato fluye, entre la camaradería, la decisión y la desgracia que significa ser patriota, revolucionario y transgresor de un sistema precario fluctuante entre la sordidez, la desmesura y la barbarie.
La novela muestra escenarios muy conocidos por los boyacenses, Chiquinquirá, Velez, (El puente Real), Personajes que uno quisiera haber conocido, como José Antonio Galán, pintura de gallardía y devoción patriótica, Juán Nepenuceno, el traidor Salvador Plata,... etc. Brillan allí las chispas, en medio de la tragedia, existencial, lo que equivale a ver seres humanos míticos incrustados en la piel del hombre común. "20 años de vivir en el azaroso mundo de la selva, entre privaciones y sobresaltos, sin el consuelo de su querida mamá"". Personajes humanizados que al conjuro del ideal de la libertad se hacen legendarios.
Se acuerda el autor de Garnica de Orujuela el fraile que firmó el acta de independencia, del Pintor Alonso de Narvaez, el del lienso de Chiqinquirá, (Yenyiniquiza), lugar del sacerdote, del "Niebla", capaz de llevar encima la piedra de la libertad sin mucho esfuerzo, porque la muerte para él es liviana. Claro Joseph Anotnio García y Vicente Rafael, convencidos de eso que las cadenas enseñan con lastre de sufrimientos, buscadores de luz en medio de la oscuridad del Nuevo Reino de Granada.
Le merece al autor, una mirada casi apasionada, por su Chiquinquirá del alma al ser erigida, Villa republicana, con intervención de José Joaquín Casas un 1o de septiembre de 1810 en esa aldea "obsedida por las neblinas" y esa voz sabia escondida entre la aventura y la decisión de arriesgar un pueblo "...no tengo edad para andar en esos avatares..estamos aquí inaugurando una gran empresa como lo es Construir una República", como dice Tagore, "Si cierras las puertas a todos los errores dejarás afuera la verdad". El riesgo de la auténtica espiritualidad en medio del aquelarre de la conformación de una república, que no termina de formar su aluvión de cobardes asesinos, de corbata y tafetán, que impiden la claridad y lucidez de aquellos artistas del alma con las armas de la devoción por la patria, el coraje de vivir y palos se enfrentaron al egregio ejército español.
La novela de Víctor Raúl, constituye una aproximación a la historia pero sobre todo al milagroso arte de escribir con gran demostración de maestría y sapiencia en este maravillo libro, herencia de un librepensador para un pueblo que no termina de independizarse.
Alonso Quintin
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