El corazón
se acostumbra al transcurrir.
El asombro llega a los caminos
y de repente se detiene.
una piedrecilla
sobre la quietud del agua
despierta los contornos
y la vibración del sentir
en la claridad del movimiento.
Basta el roce de una hoja
la caída de un pequeño tallo,
en el caminar de un insecto
y en el agua aflora
su emoción antigua
LILIA GUTIERREZ RIVEROS (POEMARIO INTERVALOS)
La pulcritud del poema nos lleva a la transprencia de la autora, siempre tan lúcida y gallarda en su toque de humanismo en la travesía del espíritu sobre el paisaje natural.
ResponderEliminarLilia, autora de ensayos, libros científicos y poeta, deja entrever su identidad con la ccausa de la vida, a la que le canta con conmovidos acentos.
El poema, es ascendente y prefigura una sublectura en el inconsciente de donde se regresa translúcido y vibrante, debe ser porque somos parte del paisaje con irremediable certidumbre.
Aloso Quintín